CATAMARCA: Educación en las alturas

A 124 kilómetros de la ciudad de Belén y a 18 kilómetros de la localidad de Barranca Larga, se encuentra la Escuela Secundaria Rural Nº 31 de Los Morteritos, departamento Belén, a tres mil metros sobre el nivel del mar. Allí se inició la joven Isabel Escalante, graduada del profesorado de Geografía que cursó y terminó en el IES de la ciudad de Belén.


Esta escuela rural, a la que asisten más de 30 alumnos provenientes de familias de escasos recursos, tiene la identidad muy marcada. Poseen una gran conexión cósmica del ser humano con el cosmos y con los bailes con pasos típicos de la comunidad, que parte desde la forma de caminar de ellos. Los chicos han tomado la identidad y valoran en su alma enormemente lo que es recuperar y trabajar con la identidad que muchas veces ha sido castigada.
El clima es muy frío con temperaturas bajo cero y las intensas ráfagas del viento que en esta zona se hacen sentir. La naturaleza se muestra imponente, montañas que parecen tocar el cielo y el silencio se hace notar.
Allí se inició la joven Isabel Escalante, graduada del profesorado de Geografía que cursó y terminó en el IES de la ciudad de Belén.

- ¿Cómo fue para usted pasar de vivir en una zona urbana a vivir y compartir con la comunidad de la Escuela Rural de Los Morteritos?

Sinceramente nunca pensé venir por estos lados. Estoy iniciándome como docente, así que es todo nuevo para mí. Se dio la oportunidad y me vine sin conocer. Realmente es un orgullo para todos los docentes estar acá. Ésta es una comunidad aborigen y convivo con gente muy especial, los niños son muy distintos.

-¿Especiales en qué sentido?

Son chicos muy educados, respetuosos, rescatan los valores. Nos reciben con mucho cariño cuando llegamos. Nos tratan como hace muchos años se consideraba a los docentes, como autoridad del pueblo. Que acá llegue un docente es lo máximo para ellos.

-¿Cómo resulta la adaptación?

Y bueno… con los padres de los niños nos estamos conociendo de a poco. Justamente por ser nuevos hace poco que tenemos contacto con ellos. Estamos promulgando desde la dirección el contacto permanente de los padres y la escuela. El director busca la presencia permanente de los tutores en la escuela.

-¿Cuántos chicos tiene la institución?

En este momento tenemos alrededor de 30 alumnos de la escuela secundaria. El director de la institución es Héctor Reyes, quien además es el cacique del pueblo. Es un hombre muy accesible, siempre cuando tenemos cuestiones que plantear nos unimos las dos escuelas, primaria y secundaria, y tratamos de profundizar ideas, criterios para el bienestar de la comunidad educativa.

-¿Cómo te movilizas para llegar acá?

Desde Belén hasta Barranca Larga en vehículo particular. Desde ahí hasta Los Morteritos alquilamos una camioneta que nos cobra 280 por mes.

-¿Cuánto tiempo estás en la escuela?

Estoy tres días, de miércoles a viernes. Tengo trece horas. Estas horas las opté en una asamblea que se realizó en la ciudad de Belén.

-¿Qué rescatás de la comunidad?

Me enseñan muchas cosas y rescato los valores que nos transmiten día a día. Valorar lo mucho o poco que se tiene. Por ejemplo, una botella que nosotros no le damos importancia acá todo sirve y todo cuidan!

El director y los docentes buscan constantemente acercar la comunidad a la escuela, que los padres y madres sean activos y atentos a la educación de sus hijos para generar más compromiso con la tarea escolar. El objetivo es mejorar indicadores de eficiencia y calidad educativa como así también brindar más oportunidades para las trayectorias educativas y laborales de sus niños.
En la escuela rural, las familias están más lejos, casi siempre en términos de distancias, algunas veces también en términos culturales o de lenguaje. Acercar escuela y familia es otro de los desafíos que tienen por delante para que las largas distancias no determinen que los niños y jóvenes rurales tengan menos oportunidades que el resto.
En la escuela rural, las familias están más lejos, casi siempre en términos de distancias, algunas veces también en términos culturales o de lenguaje. Acercar escuela y familia es otro de los desafíos que tienen por delante para que las largas distancias no determinen que los niños y jóvenes rurales tengan menos oportunidades que el resto.
FUENTE: El ancasti.com.ar

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