Del Norte a la Antártida

Fabián Edgardo Juárez es de Fortín Lavalle, Chaco, pero trabaja hace 18 años junto a su esposa, también docente, en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y fueron elegidos por tercer año para trabajar en la escuela de la Base Esperanza.
La escuela funciona en una base donde hay nueve familias y 18 chicos de los cuales ocho van  a ir a la escuela primaria, dos en nivel inicial, cinco estudiarán el nivel secundario a distancia y los tres restantes también seguirán sus carreras a distancia.

Más allá de que los recursos tecnológicos o económicos no representen un problema en la escuela de la Base Esperanza si hay otros inconvenientes como los son las altas temperaturas y las distancias. "Estamos los cuatro solos en la Antártida (mis dos hijos, mi esposa y yo), toda nuestra familia está en el Chaco y para nosotros es muy importante fortalecer el vínculo familiar y eso hace que sea más llevadero estar ahí", comenta Fabián.

"En el 2010 nosotros nos dimos cuenta que había dos nenes que tenían problemas para hablar y pudimos hacerles una asistencia a través de video conferencia con una fonoaudióloga desde Ushuaia y haciendo los ejercicios periódicamente logramos corregir ese problema", recuerda Juárez.

Por último, Fabián reflexionó para los maestros rurales del país que "no siempre  lo que uno hace lo tiene que hacer pensando en la recompensa económica. El maestro rural tiene que estar convencido que no solo tiene que ir porque va a ganar unos pesos más sino que tiene que pensar en saber que va a servir a una comunidad y ser un ejemplo, dejar una huella y una huella bien profunda", finalizó.


FUENTE: Diario NORTE
Fotografía: Fernando Rompato 

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