ENTRE RÍOS: Vivencias de una escuela rural de Gualeguay

A un puñado de kilómetros de un centro urbano importante, pero conservando la frescura de aquel que se sorprende con lo nuevo. Tímidos, educados y cariñosos. Así son los chicos que todos los días concurren a la Escuela Nro 12 “Bartolomé Hidalgo”.

La institución está ubicada en el Primer Distrito ‘Cuchilla’ del Departamento Gualeguay, en el llamado ‘Camino de la Costa’.

Nuestra llegada provoca un gran revuelo en la escuela. “Los estábamos esperando”, cuenta ansiosa Susana Camalé de Tassistro, directora del establecimiento mientras sus alumnos van saliendo de a poco de las aulas. Los hay de todas las edades: desde 4 hasta 13 años. Grandes y chicos, varones y mujeres. Todos con la misma cara de asombro y alegría: los iban a visitar después de todo. A Susana se le suman las otras ‘seños’, Liliana Albornoz y Estela Hergenrether. La primera es la que lleva adelante un proyecto de ‘ludoteca’ por el cual recibió en las últimas semanas un reconocimiento del Ministerio de Educación de la Nación,

En el año 2008 realicé capacitaciones que eran parte de una biblioteca que mandó Nación para las escuelas rurales a través de Promer (Proyecto de Mejoramiento de la Educación Rural).

En mi traslado a la Escuela 12 en el año 2009 empecé a trabajar con eso y en el año 2010 Nación nos mandó todo un equipo de juegos, que es lo que llamamos ludoteca, para el Jardín de Infantes”, relata Liliana, al tiempo que explica que “a partir de trabajar en eso ingresé en un programa y lo presenté en Promer Paraná y que es lo que próximamente voy a presentar en Nación”.

Por su labor al frente de la ludoteca, su incansable capacitación y la singular característica de ser maestra rural, Liliana es una de las pocas docentes entrerrianas que tuvo su stand en el Ministerio de Educación de la Nación los días 3, 4 y 5 de agosto, en tanto que el 25 y 26 del mismo mes disertará en Paraná en el Congreso de Nivel Inicial.

-¿Cómo ha sido la experiencia de asistir a congresos nacionales de educación?

-Cuando fui la primera vez a Nación volví fascinada, estábamos en mesas con chicas de todo el país y tenía de un lado una docente de Tierra del Fuego y del otro una de Buenos Aires con una matrícula de 33 chicos de tres años, entre los cuales había un chico autista y otro con síndrome de Down. Cada una me contaba su experiencia, como las chicas que viajan en mula en el Norte o las que tienen que quedarse a vivir 15 días en medio de la nada con chicos de tres años.

De todas las docentes que expondrán en Paraná, Liliana es la única rural. Trabaja en una sala multiedad, en la que tiene siete alumnos, “tres de cinco años y el resto de tres y cuatro”, que se suman a los 20 niños de nivel primario. “Cuando iniciamos con la ludoteca y yo realicé las capacitaciones en Paraná me decían las talleristas que era exclusiva para nivel inicial, pero cuando llegó, como estamos acostumbradas a trabajar las tres docentes juntas, yo pensaba cómo puede ser que tenga a los chiquitos de seis años en la puerta mirando los camiones inmensos sin poder compartirlos”.

Así que ahora los chicos van a jugar con los juguetes del Jardín si la directora se los permite, si se han portado bien y saben en qué condiciones deben volver los juguetes al Jardín, es decir, juegan pero con reglas y con respeto mutuo, porque comparten todo el tiempo los juguetes”, narra la docente.

-¿En qué consiste el método de la ludoteca?

-Son juguetes que manda Nación para trabajar con los chicos como un trabajo dirigido, donde el chico aprende sin dejar de jugar y es muy importante esto, sobre todo en la zona rural donde no contamos con muchos elementos. Se trata de compartir, ubicar cada cosa en su lugar, respetar las reglas y el código de convivencia, secuencia didáctica, todo muy lindo.


Hay equipo

Susana Camalé es la directora del establecimiento, ha cumplido la mayoría de sus 25 años de servicio allí y está próxima a jubilarse, sin embargo no tiene reparos a la hora de involucrarse en proyectos nuevos.

-No ha de ser tarea sencilla ser directora y maestra rural a la vez…

-Los multigrados no son fáciles, porque a su vez tenés distintos grupos y no todos los chicos tienen el mismo nivel de aprendizaje, pero podés implementar proyectos en los que también incorporás a los padres y se trabaja mucho con ellos. En una época se consiguió con un proyecto que se presentó en Arcor trabajar la huerta y la panadería, se llamaba HH que era Horno Huerta.

Por su parte, Estela Hergenrether, docente de la escuela, señala que “la enseñanza tal vez es más lenta pero siempre se logran los propósitos. Lenta porque hay distintos niveles, hay algunos chicos excelentes y otros que van más despacio, además de ser de diferentes edades. Tengo tres grados a cargo y por eso se va un poco más lento pero a fin de año siempre se alcanzan los objetivos”.


Todo sirve para enseñar y aprender. Desde la ‘casita’ armada con botellas de plástico por los propios chicos hasta el antiguo horno que sirve para financiar los viajes de estudio o las pequeñas compras. Los 27 chicos que concurren a la Escuela Nro 12 reciben su copa de leche todas las tardes, acompañada de facturas o pan casero. Y todos saben que, hasta que no toman la última gota, no se pueden ir. Juegan al fútbol, tienen su pequeña huerta y un arenero que sirve para que ‘chiveen’ diariamente. Tampoco falta el arco de fútbol: la mayoría son hinchas de Boca claro está.

Textos: Constanza Fernández-Jorge Barroetaveña

FUENTE: Diario El Día de Gualeguaychú

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