Universidad instala purificadores de agua en interior bonaerense

Técnicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) pondrán en marcha en una escuela rural del partido bonaerense de Bolívar el tercer purificador de agua diseñado y fabricado en la capital bonaerense.

El purificador será instalado, la semana próxima, en la única escuela de la localidad de Hale, partido de Bolívar, con el fin de eliminar la presencia de arsénico en el agua para consumo humano.

Un equipo purificador ya fue instalado en una escuela rural de la localidad de Punta Indio, otro en un colegio de Carlos Casares y, para el próximo semestre, está prevista la colocación de otro artefacto en Los Toldos, partido de General Viamonte.


En todos los casos se trata de regiones donde, según diferentes estudios y relevamientos, la presencia de arsénico en el agua supera los límites tolerables para la salud.

El equipo purificador fue diseñado por un grupo de investigadores de la UNLP, de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con el fin de descontaminar a bajo costo agua con altos contenidos de arsénico.
Los especialistas de la UNLP avanzan en un proyecto con la Dirección General de Escuelas para armar 50 equipos que se instalarán en establecimientos educativos del interior de la provincia de Buenos Aires.


Los purificadores tienen capacidad para eliminar del agua altos contenidos de arsénico, un mineral nocivo que puede causar graves problemas de salud, como tumores en la piel o el hígado.
En las escuelas estos equipos logran abastecer a unos 500 alumnos, ya que con una sola práctica por día pueden producirse cinco litros por persona.


Esto permite a estudiantes, docentes y auxiliares beber, regar plantas y llevarse a su casa agua pura para consumo familiar.


La UNLP indicó que pese a que el aparato es muy simple de usar, los científicos capacitan al personal responsable de la escuela y realizan un control y monitoreo periódico.


El director del Instituto de Recursos Minerales (INREMI), Isidoro Schalamuk, explicó que “los equipos funcionan como una batidora: en un tanque de 2.500 litros se coloca agua contaminada con arsénico, arcilla ferruginosa y un agitador”.


Para hacer arrancar el agitador se necesita un motor eléctrico y, una vez terminado el proceso, el agua tratada contiene menos de 10 partes por billón (ppb) de arsénico, que es el nivel que plantea como satisfactorio la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, detalló.


En muchos lugares del país y de la provincia de Buenos Aires el agua subterránea que abastece a la población contiene 100, 200 y hasta más de 800 ppb de arsénico, lo que según advierten los investigadores constituye un problema muy grave.


Schalamuk sostuvo que “el geomaterial arcilloso que se utiliza en el proceso es natural y al no tener agregados químicos resulta muy económico, porque se usa sólo una pequeña cantidad respecto del volumen total del agua requerida y puede reutilizarse hasta 100 o más veces”.


El proceso de purificación puede repetirse dos veces por día, por lo que -apuntó- permite ampliar el volumen tratado y purificar y potabilizar hasta 5.000 litros diarios por cada equipo.


Según estudios realizados por el Instituto Superior Experimental de Tecnología Alimentaria (ISETA), detectaron valores de entre 0,11 y 0,13 mgl en el agua de Carlos Casares.


En Bolívar, análisis realizados por la cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) arrojaron valores superiores a los 200 microgramos de arsénico por litro de agua.


El máximo nivel de arsénico en agua fijado por el Código Alimentario Argentino es de 0,05 mgln, en tanto la OMS recomienda entre 0,01 y 0,02 mgl. (Télam).-

Comentarios