Por Carlos Pastrana
Para LA NACION
La posibilidad de una formación que permita retener a los alumnos en su medio rural, pero dándoles las herramientas y los conocimientos para mejorar su condición de vida y generar dinero a partir de los recursos existentes en la zona que habitan, es el objetivo del Colegio Secundario Albergue de Alfarcito, pensado para alumnos de 21 escuelas primarias de los cerros de la quebrada del Toro, en el departamento Rosario de Lerma.
"Aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a emprender", sintetiza la tarea de este centro educativo enclavado entre las montañas, a 82 kilómetros al oeste de la capital salteña e impulsado por el padre Chifri.
Inaugurado este año, cuenta con 37 alumnos del primer curso. En los próximos ciclos se irán incorporando los restantes cursos que podrían llegar a 200 estudiantes.
Los egresados de las escuelas de plurigrado de la zona no tenían muchas oportunidades de seguir el secundario y por eso, desde la parroquia de Santa Rita de Rosario de Lerma comenzaron un programa de becas para que pudieran alojarse en dicha ciudad. Con el tiempo la idea se perfeccionó con este albergue que comenzó con primer año, y además del programa educativo de bachillerato tiene cuatro orientaciones técnicas.
Para las familias es una novedad que los entusiasma, porque cuando sus hijos van a la ciudad los pierden y la perspectiva de que se queden y, sobre todo, progresen en el lugar tiene plena aceptación.
Para LA NACION
La posibilidad de una formación que permita retener a los alumnos en su medio rural, pero dándoles las herramientas y los conocimientos para mejorar su condición de vida y generar dinero a partir de los recursos existentes en la zona que habitan, es el objetivo del Colegio Secundario Albergue de Alfarcito, pensado para alumnos de 21 escuelas primarias de los cerros de la quebrada del Toro, en el departamento Rosario de Lerma.
Las alumnas del colegio de Alfarcito participan de un proyecto de forestación
Foto: GENTILEZA RED COMUNIDADES RURALES
La obra que pertenece al Arzobispado de Salta tiene un apoyo importante de la Fundación Grano de Mostaza."Aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a emprender", sintetiza la tarea de este centro educativo enclavado entre las montañas, a 82 kilómetros al oeste de la capital salteña e impulsado por el padre Chifri.
Inaugurado este año, cuenta con 37 alumnos del primer curso. En los próximos ciclos se irán incorporando los restantes cursos que podrían llegar a 200 estudiantes.
Los egresados de las escuelas de plurigrado de la zona no tenían muchas oportunidades de seguir el secundario y por eso, desde la parroquia de Santa Rita de Rosario de Lerma comenzaron un programa de becas para que pudieran alojarse en dicha ciudad. Con el tiempo la idea se perfeccionó con este albergue que comenzó con primer año, y además del programa educativo de bachillerato tiene cuatro orientaciones técnicas.
Para las familias es una novedad que los entusiasma, porque cuando sus hijos van a la ciudad los pierden y la perspectiva de que se queden y, sobre todo, progresen en el lugar tiene plena aceptación.
FUENTE: Diario LA NACIÓN Comunidad, sábado 4 de septiembre de 2010
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