Escuelas rurales

Donde las cartas son la única forma de comunicación

Las ONG sólo pueden contactarse con los maestros de las zonas más alejadas del país a través del correo tradicional. La mayoría no tiene teléfono y mucho menos Internet.

Cuesta pensar que en la era de la hipercomunicación, donde Facebook, Twitter, YouTube y la conexión a banda ancha forman parte de la cotidianidad de las personas, existan en nuestro país maestros rurales que utilizan las cartas como vía casi exclusiva para contactarse con las ONG que las asisten.
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Tal es el caso de Viviana Iñon y Cecilia Giudice. Viviana es docente de tercer grado de la escuela rural Domingo De Oro, en la localidad de Tupelí, a 45 kilómetros del centro de la provincia de San Juan. Hace 20 años que enseña y más de 10 que se comunica con la Asociación Civil Misiones Rurales a través de cartas.
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Por su parte, Cecilia es delegada de la provincia de San Juan de la institución. Ninguna de las dos se conoce personalmente, sólo las cartas -donde Vivi a veces agrega alguna que otra foto de sus alumnos y de la escuela- son el nexo de comunicación más fuerte que ambas tienen.

"Siempre que puedo escribo, generalmente los fines de semana. Le cuento cómo va la escuela, mando fotos, agradezco la ayuda que nos brindan y también le comento cosas personales, por ejemplo, de mi familia", explica Viviana a LA NACION por medio de una comunicación telefónica realizada a su celular, ya que en la escuela no poseen teléfono de línea.
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Así, todos los miércoles, a las 14, se juntan 50 delegadas y voluntarias, que representan a las provincias con las que colabora Misiones Rurales para responder las cartas que les llegan de los docentes. De las 36 escuelas rurales en San Juan sólo 13 tienen Internet, pero se comunican por mail sólo con dos. "Con las demás es todo vía carta -afirma Cecilia-. Para ellos es importante que llegue una respuesta de alguien que está en Buenos Aires. Es otro tipo de comunicación, más personal, más intimo. En mi caso escribo a mano, trato de mandarles fotos, les cuento de mí, de mi familia, les pido que me cuenten mucho de ellos, de las necesidades de los chicos. Buscamos entablar una comunicación para que confíen en nosotros y para que se sientan contenidos."
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Desde la provincia de Formosa, Jorge Elpidio Vargas, maestro de la Escuela N° 190 Anexo La Zanja, también utiliza el papel y la birome a la hora de comunicarse con la Red Comunidades Rurales en Buenos Aires. "A él le gusta escribir, sobre todo manda cartas contándonos los proyectos que tiene para su escuela. Allí sólo tienen una radio con frecuencia hospitalaria para comunicarse, y hasta que Jorge no vuelva al pueblo no estamos en contacto", comenta Nora Román, voluntaria de la red desde 2008.
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Según la Red Comunidades Rurales existen en nuestro país aproximadamente 14.000 escuelas rurales. En la Encuesta sobre Educación y Desarrollo Rural, realizada por la red donde se tomaron 1015 actores clave de la comunidad educativa, comprobaron que en materia de comunicación, la región norte del país presenta las mayores carencias: en promedio, 19% de las escuelas no tiene ningún medio de comunicación, sólo 3% cuenta con teléfono de línea y 4% tiene conexión a Internet.
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En el resto de las regiones, en promedio, 7% de las escuelas no tiene ningún medio de comunicación, aunque existe mayor acceso a teléfono de línea (19%) y conexión a Internet (20%). Si bien el medio extendido de comunicación parece ser el celular, dado que el 57% de los casos tiene señal, "suele pasar que a veces no tiene crédito o no tienen alcance donde está la escuela", apuntó Román.
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También "muchos docentes permanecen en sus escuelas toda la semana y a veces más. Los que viajan todos los días entre 20 y 50 km hasta su escuela por caminos de tierra tardan mucho y llegan cansados como para concurrir a un ciber -aseveró Noemí Delellis de Arbetman, presidenta de la Asociación Civil de Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales (Apaer)-. El contacto online lo estamos implementando poco a poco, pero como sabemos que sólo un 25% de los docentes recibiría nuestros mails, utilizamos el correo como algo más seguro, aunque sea más lento, ya que de lo contrario sólo estaríamos comunicados con pocos maestros y justamente serían los que están más alejados".
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Lo que deja el papel
A Viviana las palabras escritas por Cecilia le transmiten paz. De alguna manera, el relato que se puede construir a través de una carta permite hacer tangible no sólo a las personas, sino también las emociones.
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"Cuando leemos una carta visualizamos cierta imagen que en otros medios de comunicación no se encuentran, no se dan, no están contenidas. Esa cierta intimidad que no se vislumbra en cualquier lado", sostiene la presidenta de la Asociación de Clubes Argentinos de Servicio (ACAS), Nilda Possi, que expresa que recibe muchos dibujos de los chicos y escritos de los maestros de frontera en agradecimiento a donaciones de ropa, útiles y juguetes.
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Por su parte, Patricio Sutton, director ejecutivo de la Red de Comunidades Rurales, comenta que a veces parecería que "las cartas llegan con tierra, por decirlo de alguna manera. Recibirlas manuscritas o a máquina siempre es un contacto contundente, es como si tuviéramos al docente enfrente contándonos sus historias", resalta Sutton, que agrega que lo bueno de esta forma de comunicación es, sin duda, la impronta emotiva. "Permite ver mucho mas allá de los que está escrito."
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Tanto Román como Possi concuerdan en que la carta perdura en el tiempo. "La querés recordar y está allí", afirma la voluntaria de Red Comunidades Rurales. "Todas forman un pequeño tesoro en nuestra sede, perduran y registran la realidad que cambiamos cada día", asevera la presidenta de ACAS, y confirma: "Nos permiten tocar el tiempo con las manos".
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A pesar de que las cartas tarden cuatro o cinco días en llegar, que lleven cinco o seis horas escribirlas, desde San Juan Viviana decide tomarse su tiempo, generalmente los fines de semana, y hacerlo. "La necesidad de cada chico es lo que me lleva a escribir", concluye contundente la docente sanjuanina.
Por Carla Melicci
Para LA NACION
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FUENTE: Diario La Nación

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