Un viaje al interior de las escuelas rurales

Ignacio Marqué, junto a dos primos, recorrió en bicicleta los caminos de Ushuaia a La Quiaca, recolectando las vivencias de los alumnos


Para Ignacio Marqué viajar es vivir no una vida, sino miles. Y en estas nuevas vidas que experimenta en cada destino que elige se maravilla con el crisol de realidades escondidas que descubre y se enriquece con sus matices.

"Viajar es despertar todos los días con un sol distinto, en una cama que no es la tuya, a una hora que nunca se repite. Es charlar con personas que no volverás a encontrarte, hacer amistades de una noche o quizá de todo un día. Aprender nuevos oficios, emocionarte con cada nueva despedida, involucrarte socialmente aquí y allá, ayudando en una huerta o en una escuela", dice este ingeniero agrónomo de 26 años, que dedicó los últimos cuatro meses de su vida a recorrer los caminos desde Ushuaia hasta La Quiaca en bicicleta, atravesando 12 provincias.


Pero este viaje, a diferencia de otros que había realizado por América latina, tuvo algunos condimentos extras. En primer lugar lo hizo con dos primos que comparten su pasión por el deporte, la naturaleza y las ganas de colaborar con las comunidades más necesitadas. Pero además tuvo el valor agregado de querer unir a 15 escuelas rurales de las diferentes provincias a través de un lazo solidario y cultural a lo largo de la ruta nacional 40 y de la quebrada de Humahuaca. En cada parada recolectaron saberes, leyendas, anécdotas y cuentos de los alumnos que hoy están volcando en una revista, que una vez editada será repartida entre las escuelas visitadas y todo aquel que quiera "enterarse de la realidad en la que viven estas comunidades", dice Marqué.
Escuela N° 4344, San Isidro, Iruya, Salta

Escuela N° 44, Chaupihuasi, La Rioja -

Escuela N° 97, Chorriaca, Neuquén
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-¿Cómo se empezó a gestar la idea de esta odisea por la Argentina?
-Mi primo Andrés Frágola me contagió las ganas de viajar por América latina. Entonces en 2008 me fui de mochilero a Ecuador y me quedé varios meses en Río Negro, provincia de Tungurahua, trabajando con las familias del lugar en sus huertas de cultivos tropicales y dando apoyo escolar. También tuve otra experiencia muy interesante en Fundapaz, Salta, en la que durante tres meses capacité a las comunidades aborígenes y criollas en la producción de animales.
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-O sea que a tu espíritu solidario se le fue sumando un espíritu aventurero...
-Con Andrés dimos durante un tiempo apoyo escolar a chicos de bajos recursos en El Arranque, con lo cual el compromiso de hacer algo por los demás siempre estuvo presente. A principios de 2009 vi un artículo en un diario de unas chicas que habían hecho un viaje de Ushuaia a Salta en bicicleta y le comenté a mi otro primo Diego Fenochietto la idea de hacer algo parecido, y se sumó.
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-¿Por qué decidieron hacerlo en bicicleta?
-La idea era viajar por el país y nos pareció que hacerlo en bicicleta era la manera ideal para poder conocer sus realidades y estar en contacto con la gente. No queríamos hacer un viaje turístico, sino vinculado con lo social, y de ahí nace la idea de ir visitando las escuelas. Porque son instituciones que están en todos lados y que siempre te reciben con los brazos abiertos.
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-¿Qué propuesta llevaron a las escuelas?
-En total visitamos 15 y como llevar donaciones en bicicleta era imposible se nos ocurrió encarar una dinámica distinta en la cual ellos nos dieran algo a nosotros y viceversa. Entonces les pedíamos a los chicos que nos escribieran cuentos, leyendas sobre sus costumbres, historias de su vida cotidiana para que a nuestro regreso pudiéramos hacer una revista con estos aportes para repartirlas entre las escuelas que visitamos. El espíritu es que los chicos sean los verdaderos protagonistas de esta historia y que puedan hacer oír sus voces.
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-¿Qué vivencias pudiste compartir con estas comunidades?
-El viaje empezó el 2 de febrero cuando nos tomamos un avión a Ushuaia y de ahí arrancamos con las bicicletas. Llegábamos directamente a cada pueblo, hablábamos con el director y nos incorporaban a su rutina. Por ejemplo, en la Escuela N° 44, Chaupihuasi, de La Rioja, los chicos nos enseñaron cómo se hace el dulce, la jalea y mermelada de membrillo, nos mostraron la producción que tienen de olivos y la cría de lombrices californianas para la elaboración de abono orgánico. En cambio en la Escuela de Frontera N° 2 Rosario Wayar, en Yavi Chico, Jujuy, nos mostraron los tipos de maíz que siembran. Algo muy satisfactorio fue sentir que en todo el país predominaba la hospitalidad y solidaridad, desde ofrecernos comida hasta hospedarnos para dormir.
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-En función de tu experiencia, ¿cómo es el estado de las escuelas en el interior?
-Tienen muchas necesidades materiales. Vimos escuelas donde las situaciones higiénicas no eran las mejores, con una letrina para 70 chicos. En otros lugares no tienen agua caliente para bañarse en invierno, o la mayoría tiene gas a garrafa. También existen muchas aulas plurigrado en la que se mezclan chicos de distintas edades y necesidades educativas.
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-¿Qué fue lo que más te sorprendió de las comunidades que visitaste?
-Lo que más me sorprendió fue la sencillez de vida, humildad y generosidad hacia nosotros y ellos mismos. Que con tan pocas cosas viven dignamente. También hay que destacar el enorme sacrificio que hacen los docentes y directores que dedican su vida a la educación y en condiciones deplorables.
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-¿Qué enseñanzas te llevás de este viaje?
-Me llevo el comprender las realidades que integran nuestro país y buscar la forma de respetar sus costumbres. Pero también conseguí ver lo que nos une que es un mismo país y las ganas de que todos estemos bien.
Por Micaela Urdinez
De la Fundación LA NACION
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Cómo colaborar
Blog De Ushuaia a La Quiaca: http://ushuaialaquiaca.wordpress.com/
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FUENTE: Diario La Nación

Comentarios

Melanie ha dicho que…
Las escuelas rurales son un ejemplo para todos. Así como por ejemplo la industria hotelera en provincias como Jujuy es muy buena, en todos los otros países se debería tomar como ejemplo los proyectos rurales del interior de Argentina. Los hoteles en tilcara por ejemplo funcionan espectacularmente porque hay alguien que se preocupa porque esto así sea.
Saludos
Meli
Anónimo ha dicho que…
Hola!! Qué sorpresa, soy el mismo Ignacio que aparece en la nota. Estaba buscando información de escuelas rurales y me encontré con la nota. Gracias por difundir nuestro proyecto. Justamente estamos imprimiendo revistas del viaje para mandar a las escuelas.
Brindo por las escuelas rurales, por sus chicos, por sus docentes, por los pueblos pequeños y grandes, por nuestra querida Argentina.
Un abrazo!

Ignacio