BUENOS AIRES: La Concentración de Azucena abrió la primera escuela secundaria de 6 años en la zona rural
El acto se realizó en el establecimiento de la localidad rural. La directora de la Escuela Secundaria 12, Sandra Lucas, valoró que los alumnos puedan seguir estudiando en la zona, evitando el “desarraigo”. Hubo un cruce entre las instituciones y el Intendente por el cartel del pueblo, al que la Provincia le puso Azcuénaga en lugar de Azucena.
En la localidad de Azucena, se inauguró la primera escuela secundaria de 6 años en la zona rural de Tandil. La Escuela Secundaria 12 forma parte de la Concentración Rural 3, que tiene sede en un pintoresco edificio, cálido y confortable.
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Durante el corte de cintas, estuvieron presentes la directora provincial de Escuelas Secundarias, Claudia Bracchi; la directora de Gestión Curricular, Marina Paulozzo; además de otras autoridades educativas que fueron recibidas por la directora de la nueva escuela, Sandra Lucas. También participó el intendente Miguel Lunghi y concejales de los distintos bloques.
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Acompañados por los padres; las madrinas de la institución Florentina Zubiaurre y Paula Anchorena; y las banderas de ceremonia de una decena de escuelas de Tandil, se procedió al descubrimiento de la placa con el nombre de la secundaria y al corte de cintas de un nuevo sector del edificio.Posteriormente, los presentes participaron del acto que se desarrolló en el SUM, con la lectura de los discursos, la proyección de un emotivo video con fotos de Azucena, distintos números artísticos de los alumnos y compartieron una picada de campo.
Acompañados por los padres; las madrinas de la institución Florentina Zubiaurre y Paula Anchorena; y las banderas de ceremonia de una decena de escuelas de Tandil, se procedió al descubrimiento de la placa con el nombre de la secundaria y al corte de cintas de un nuevo sector del edificio.Posteriormente, los presentes participaron del acto que se desarrolló en el SUM, con la lectura de los discursos, la proyección de un emotivo video con fotos de Azucena, distintos números artísticos de los alumnos y compartieron una picada de campo.
Con la cultura del trabajo
Después del corte de cintas, la directora Sandra Lucas dijo que en Azucena “la vida es un poco más difícil que en otros lugares. Sus tiempos, las distancias, la soledad, las comunicaciones, los caminos, requieren siempre un esfuerzo mayor aquí”.
Aseguró que ese contexto hace “que este tipo de escuelas sean únicas, especiales”, y reconoció que los chicos de las instituciones educativas rurales “son diferentes: nos llenan de orgullo, porque estos alumnos, hijos de trabajadores rurales, tienen internalizada la cultura del trabajo. Nosotros no tenemos que enseñarles qué es ese valor, lo tienen dentro”.
Por el contrario, marcó como deber de docentes y profesores “fortalecer sus personalidades para que aspiren a mejores trabajos, a terminar sus sueños, a una educación permanente, de mayor calidad; a mayores oportunidades y que puedan ejercer sus derechos y sus deberes, que puedan ser hombres libres y los motores del cambio, del desarrollo de éste, su lugar de origen”.
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La directora manifestó que los caminos que deben recorrer los alumnos para llegar a la escuela “marcan distancias muy grandes, son los que esperan a los chicos en las tranqueras a las 6.30 y los despiden 18.30”. En contraposición, “también acercan, a la cultura, la tecnología, otras realidades; a otros chicos, porque sino nuestros chicos estarían solos en el campo. Les permiten conocer y al fin, de tanto recorrerlos, unirse en una comunidad”.
En contra del desarraigo
Definió a la escuela rural como “el lugar donde construyen nudo social, el lugar más sano y donde tienen que estar”, al tiempo que resaltó que “todos estamos convencidos de que nuestros chicos no se tenían que ir de este lugar”.
También valoró la labor de directivos y docentes que estuvieron antes y el apoyo de los vecinos, que permitieron que los alumnos pudieran seguir estudiando en Azucena, “porque irse implica desarraigo y el desarraigo implica soledad y pérdida de identidad. Hay desarraigo cuando no hay escuela que nos brinde las mismas oportunidades que a todos”.
Sandra Lucas señaló que admiten a alumnos sin distinción de edad ni estado civil y afirmó que “vamos a utilizar todos los recursos que la Provincia nos brinde, humanos, materiales y el transporte escolar, para que todos los que quieran educarse en esta escuela ingresen y egresen”.
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Con un tiro por elevación por la problemática recurrente del transporte, también consideró que “hay desarraigo cuando no se puede llegar a la escuela, dejándonos en el alma el sabor amargo de la injusticia”.
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Para cerrar, manifestó que “hoy, comunidad de Azucena, vemos nacer a la primera escuela secundaria de 6 años en el contexto rural de Tandil, tan esperada y tan deseada. Esperamos fervientemente que en nuestras almas quede un sabor de esperanza. Hoy podemos festejar la posibilidad que nos ha dado la Provincia de ver a nuestra comunidad acompañar a sus hijos en la construcción de su futuro, manteniendo nuestras costumbres y respetando nuestras raíces, porque el desarraigo atenta contra la identidad de los pueblos”.
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Al camino del saber
Por su parte, tres alumnas de la Escuela Secundaria 12 compartieron unas palabras con los presentes, con las que transmitieron la importancia de la institución para todo el alumnado.
Al camino del saber
Por su parte, tres alumnas de la Escuela Secundaria 12 compartieron unas palabras con los presentes, con las que transmitieron la importancia de la institución para todo el alumnado.
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En primer término, Andrea y Maribel manifestaron que “nuestra escuela dejará en nosotros una huella de lápices de colores, desayunos con mate cocido y tostadas, viajes kilométricos en combis, torneos deportivos con otras escuelas rurales, con la satisfactoria convicción de que aquí nos formamos como ciudadanos libres”.
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Luego, la estudiante Natalia Arias, madre de un niño del jardín, se presentó como “parte de un grupo de alumnas con algo en común: años atrás abandonamos los estudios secundarios por diferentes motivos”.
Contó que la dirección de la escuela ofreció todas las variantes, en días y horarios, para que retomaran la educación. Estas siete madres comparten libros, ejercicios y mates, mientras sus chicos están en el jardín.
“Queremos agradecer profundamente a nuestra institución y a todo su personal por brindarnos la oportunidad de estudiar, aprender, de ser ejemplo para nuestros hijos y de sentirnos orgullosas de nuestros logros”, cerró para un fuerte aplauso.
FUENTE: El Eco Digital - Tandil 15/05/2010
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