La falta de bibliotecas es una problemática concreta en las escuelas que funcionan en zonas rurales y en la periferia de las ciudades, y muchas veces estos espacios son el único nexo entre los chicos y la lectura.
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A los chicos que viven fuera del ejido de las ciudades el acceso a determinados derechos se les hace difícil, por cuestiones económicas, culturales, tecnológicas y de distancia y el acceso a la lectura no escapa a esta realidad.
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Andrea Rutt es docente tutora de la escuela Nº 99 Tabaré, ubicada en la ruta 11 (Kilómetro 5 y 1/2), y planteó la cuestión, ya que esta institución es una de las tantas de Paraná a la que asisten alumnos que provienen de lugares alejados de la ciudad y, en muchos casos, recorren diariamente grandes distancias hasta llegar al establecimiento. “Desde la institución es permanente el planteo de la necesidad de la lectura. Pienso que es el Estado el que tendría que replantearse la cuestión de la lectura”, dijo la docente.
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La mayoría de los chicos tienen necesidades básicas insatisfechas y como no tienen acceso a la lectura, a veces la única posibilidad de leer está en la escuela.
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“Los chicos que concurren a la escuela Tabaré viven en el ejido rural y los beneficios de la lectura no llegan a sus casas. Muchos de ellos tienen el primer contacto con un libro en la escuela”, contó Rutt destacando la importancia de la institución en el medio.
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La práctica de la lectura en sectores con necesidades básicas insatisfechas es una herramienta fundamental para cambiar la historia ya que las familias “viven realidades tan crueles que la única manera de poder soñar es a través de la lectura”, confió la consultada.
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Lejos de todo y sin lugar. Rutt recalcó que “no todos los chicos están en condiciones de tomarse un colectivo hasta el centro, donde están concentradas las bibliotecas de Paraná. La cuestión es que en las escuelas de la periferia no hay espacio para instalar salas de lectura, porque se ven desbordadas por la cantidad de nuevos alumnos, a partir del crecimiento de las villas”, dijo la docente, y continuó: “Entonces el lugar de las bibliotecas en las escuelas se circunscribe a un lugarcito en la sala de profesores o en la de computación y la verdad sería interesante que en cada establecimiento haya un espacio adaptado para lograr incentivar a los chicos al hábito de la lectura”.
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También especificó que como muchos de los padres o adultos que están a cargo de los alumnos de la escuela Tabaré son analfabetos, “los alumnos no tienen un apoyo extraescolar y deben arreglárselas solos”.
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Poco material. También la tutora contó una situación particular en relación a la falta de material bibliográfico específico. “Tenemos buenos libros de literatura a partir de un proyecto aprobado por Nación y el resto son ejemplares que la gente fue donando. Pero en octubre se realiza el Maratón de la Lectura y nosotros estamos viendo cómo participar, porque no contamos con bastante material disponible para los chicos”, ejemplificó. La docente también es becaria del proyecto de promoción de la lectura Baúles Andariegos, dependiente de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Municipalidad de Paraná y señaló que las ventajas de las bibliotecas en escuelas rurales, “son insospechadas” .
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“En la provincia hay escasas bibliotecas rurales”, dijo. Destacó que en cuanto a proyectos de incentivo de la lectura en estos lugares, se creó “el Proyecto de Baúles Rurales que nació en Crespo y es una réplica de los Baúles Andariegos de Paraná”.
Ofrecen instalación.
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Bibliotecas Rurales Argentinas ofrece la instalación de bibliotecas populares de forma gratuita en aquellos lugares del país donde no existan otras. Los interesados deberán enviar una solicitud y completar un formulario ingresando a: www.bilioteca.org.ar/bibliotecas.htm.
Fuente: RADIO LA VOZ - Paraná, Entre Ríos
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