Publican un libro que reúne información sobre la experiencia de trabajo realizada en favor del desarrollo de las escuelas rurales de las provincias de Chaco y Misiones.
A pesar del importante papel que asumen en escenarios variados y a menudo inhóspitos, las escuelas rurales argentinas -a juicio de los expertos- cuentan con medios limitados o insuficientes para desarrollar su labor educativa. La mayoría está dedicada a la educación general básica (EGB) y padece presupuestos escasos y problemas de infraestructura, tiene equipamiento precario y carece de materiales didácticos. Además, reclaman mejores medios de comunicación y de transporte para facilitar el desplazamiento de los alumnos.
“El mundo educativo rural argentino sigue siendo un sector subdesarrollado, abrumado por la pobreza, al interior de un país subdesarrollado”, definen desde la Fundación Escolares, que impulsa hace una década un programa de cooperación para las escuelas rurales del noreste de la Argentina, junto con la colaboración de tres fundaciones empresarias.
Los maestros –precisan desde la OSC- generalmente deben afrontar en soledad la toma de decisiones que su tarea requiere y no es habitual que tengan la oportunidad de participar en instancias de encuentro con otros docentes. Por otra parte, son escasas las alternativas que contemplan específicamente a la ruralidad en la formación docente inicial, en las instancias de capacitación posteriores y en las iniciativas de desarrollo curricular. Y como si fuera poco, en las zonas de menores recursos, es frecuente que los niños ingresen tardíamente a la escuela.
Esta coyuntura motivó a la Fundación Escolares a diseñar en 1997 un plan que pudiera aportar respuestas efectivas y concretas al desarrollo integral de las escuelas rurales. Y a partir de compartir esta convicción, la iniciativa contó con el apoyo de las fundaciones Antorchas, Navarro Viola y Bunge y Born. La acción se circunscribió en dos provincias: Chaco y Misiones, que presentan los peores índices educativos y socioeconómicos así como el porcentaje de población rural más alto.
Tras cumplirse diez años de trabajo con las escuelas, las entidades elaboraron un libro que sistematiza toda la experiencia vivida, los aprendizajes adquiridos, los resultados cosechados, y las materias pendientes y los desafíos a futuro. La publicación lleva como título el nombre del programa Cooperación con escuelas rurales de Chaco y Misiones.
“A lo largo de este libro se puede apreciar la evolución del Programa desde una concepción inicial en la que las fundaciones tuvieron un rol muy activo, a una perspectiva más participativa de trabajo con las escuelas, dándoles a ellas y a sus miembros un rol protagónico en la definición de sus necesidades y la búsqueda de soluciones”, comentan los autores de la publicación.
En concreto, el programa contempla el desarrollo de actividades de mejoramiento de la infraestructura escolar, de proveer mayor equipamiento, materiales didácticos y bibliografía a las escuelas, pero también capacitación sobre herramientas educativas a los docentes y trabajo con las familias de los alumnos y las comunidades de la zona.
Pero las acciones no fueron pensadas sólo por las entidades que impulsan el programa. Eso ocurrió en los dos primeros años de vida. Luego, la práctica dejó de definirse centralmente y la voz de las escuelas tomó un lugar protagónico en el diseño de las actividades. Incluso, desde principio de 2003 se fue construyendo un modelo de intervención que privilegia el fortalecimiento de la autonomía y del proyecto institucional de cada escuela, a la vez que promueve la integración y la participación de la comunidad en la cuestión educativa.
“Por el programa pasaron personas y modalidades de trabajo; hubo aciertos, errores y aprendizajes. Muchas experiencias de la mano de las escuelas, sus directivos, docentes, alumnos y familias, supervisores escolares y autoridades educativas. Este libro intenta ser un reconocimiento a la escuela rural chaqueña y misionera, al trabajo compartido con muchas de ellas. Y, también, una forma de contagiar a otros actores que se decidan a acompañar la educación rural y necesiten de experiencias de referencia”, sintetizaron las autoras del texto. Para acceder al material, deberán ingresar al sitio www.fnv.org.ar.
Según los últimos datos oficiales, en la Argentina algo más del 10 por ciento de la población se encuentra en el ámbito rural. Teniendo en cuenta el total del país, los índices de repitencia, deserción y sobreedad presentan una marcada diferencia en detrimento de las zonas rurales. Las provincias de Chaco y Misiones tienen, a su vez, un alto porcentaje de población rural: 20,3 por ciento y 30 por ciento, respectivamente. Consecuentemente, las escuelas que atienden a esa población cobran gran relevancia para la región. En el país, la mitad de las escuelas EGB 1 son rurales, mientras que en la región del NEA ese porcentaje asciende al 71,8 por ciento.
CÓMO CONTACTARSE:
Fundación Navarro Viola
CÓMO CONTACTARSE:
Fundación Navarro Viola
www.fnv.org.ar.(011) 4811-7045
FUENTE: Risolidaria - Solidaridad en internet
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