La emigración rural por la soja deja a las escuelas sin alumnos. El sur chaqueño es la región más golpeada. Ya cerraron varios centros educativos y otros están bajo amenaza de hacerlo. Las familias venden o arriendan sus campos y se trasladan a otros centros urbanos. Según el Centro de Estudios Nelson Mandela, la situación tiende a empeorar.
"Seño, ya no voy a venir más a la escuela... mañana nos vamos para Buenos Aires.” Con esas palabras, o similares, muchos chicos del sur de la provincia del Chaco anunciaron la casi obligada emigración de sus familias, que vendieron o arrendaron sus campos a los pooles sojeros en expansión. La consecuencia indeseada, o efecto colateral en el lenguaje de los estrategas, es que varias escuelas de la región tuvieron que cerrar sus puertas o están en vías de hacerlo. Así lo denuncia el Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela (organización no gubernamental chaqueña), a través de una investigación que refleja la profundización del éxodo rural en el sur provincial a raíz del incremento del cultivo de soja.
El documento, firmado por el coordinador y abogado Rolando Núñez, retrata la situación en estos términos: “La Escuela 488 se encuentra a la vera de la ruta provincial 5, en el paraje Campos Las Puertas, situado a pocos kilómetros de Santa Silvina. Fue una escuela modelo; se mantiene intacta y hermosa, salvo por el grave hecho de que año a año pierde alumnos y camina inexorablemente al cierre. En 1998 contaba con una matrícula de 80 alumnos; actualmente concurren 25 estudiantes. Esto se da como consecuencia de que la mayoría de los minifundistas arrendaron o vendieron sus pequeños campos”.
El cultivo de soja, además, requiere de aerofumigación con glifosato y otros productos tóxicos, tanto para el medio ambiente como para los seres humanos. En teoría, los terrenos fumigados y las tierras aledañas no pueden ser habitados por familias campesinas, minifundistas o pequeños y medianos productores agrícolas y ganaderos. Pero los aviones pasan rasantes sobre las casas o ranchos de los pobladores rurales, que se ven expulsados de su hábitat ancestral. El campo, entonces, se transforma en un desierto verde, el de la soja, un escenario en el que las escuelas se vacían de alumnos.
La región forma parte del sudoeste chaqueño, donde la soja avanzó sobre los campos de los pequeños y medianos productores que se sumaron al inmenso lote de los que tuvieron que emigrar. Además de la escuela mencionada por Núñez, otro caso notable es el de la Nº 716 –también está ubicada en el paraje Campos Las Puertas, entre Santa Sylvina y Venados Grandes–, que hace una década contaba con 70 alumnos regulares provenientes del paraje. Hoy imparte clases para siete. Y a pocos kilómetros de Venados Grandes, rodeada de chacras con plantaciones transgénicas y viviendas en ruinas –cuyos dueños ahora habitan modestas casas en la ciudad, sin futuro ni destino–, la escuela Nº 769 cerró sus puertas. Desde hace dos años, Guillermo Andrés Olivera, un hombre de la zona, oficia de casero del establecimiento en el que vive junto a sus hijos y nietos.
Como contrapartida, y tomando esta situación como disparador, el portal EducaRed convocó a través de la sección Caleidoscopio a las escuelas secundarias a participar del proyecto “Sembrar soja... ¿y después?”. La propuesta para estudiantes y docentes es abordar la problemática de la expansión de la frontera agrícola en el país desde la desafiante perspectiva que ofrece la metodología del aprendizaje basado en problemas (ABP). “Proponemos profundizar el conocimiento de esta problemática y evaluar su impacto en la estructura social y económica del país. Para ello, a lo largo de un mes de trabajo compartido, los alumnos y docentes analizarán una situación vinculada a la cuestión del agro en sus diversas dimensiones y buscarán ofrecer una respuesta que atienda a la complejidad del problema presentado –sostiene el portal en su página web–. Una vez concluido el proyecto, los trabajos realizados por los alumnos serán publicados en EducaRed. Nuestra intención es relevar, a partir de la construcción original que las distintas escuelas elaboren, un mapa productivo que revele las problemáticas locales y las alternativas de soluciones que, desde el espacio local o regional, se pueden pensar para el contexto nacional.”
El abordaje deberá realizarse desde una perspectiva multidisciplinaria, a la que pueden aportar distintas ciencias sociales (Historia, Geografía, Economía, Sociología y Análisis Político, entre otras). Y se propone articular el desarrollo del trabajo en dos secuencias: la búsqueda de información en distintas fuentes, su validación, análisis e interpretación; y el planteo de un problema abierto en el que los estudiantes tendrán que identificarse con alguno de los actores sociales involucrados, y tomar decisiones desde el rol asumido. En la Argentina de hoy, la soja se presenta como uno de los temas principales de debate en los distintos ámbitos políticos y sociales y, como se ve, la educación no queda exenta.
Fuente: Revista Veintitrés, 30/10/2008
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