DIFUSIÓN DEL ENCUENTRO


Interes -- Hacia el 29º encuentro nacional

LAS ESCUELAS RURALES DEL PAÍS NO SE TOMAN VACACIONES


Cumplen una función social y educativa fundamental en las comunidades campesinas de la puna, la montaña o la pampa. Y cuando todos descansan, los maestros rurales argentinos aprovechan enero para seguir capacitándose

Situada en medio de la sierra tandilense, la apacible y hermosa Villa Don Bosco se prepara para recibir en enero a más de 150 educadores rurales argentinos, en el marco del 29º Encuentro Nacional de Educadores Rurales. Estas instancias vienen desarrollándose desde hace casi treinta años en diversos puntos del país, con el fin de apaciguar el aislamiento de estos docentes a través de instancias que promuevan el intercambio cultural entre todos los que trabajan en el área. Capacitarse, actualizarse y contribuir a una mejor interacción entre el docente y el alumno son los tópicos fundamentales sobre los que todos los años se trabaja en los talleres.
“Estamos en esto porque es nuestra vocación y nuestra vida, de algo en lo que nos acompañan, incluso, nuestras familias”, señala a Hoy Claudia Varenna, directora de una escuela rural en Bolívar (provincia de Buenos Aires). El apego que generan estos encuentros trasciende a los mismos educadores, que todos los veranos asisten con sus parejas e hijos. “Una vez que te enganchás, no podés dejar de ir”, agrega Noemí Pérez, directora de otra escuela similar en Punta Indio.
La entidad que organiza estos encuentros es la Asociación de Maestros Rurales Ingeniero Alejandro Nogués Acuña (AMRA), creada en 1958 luego de un plan de perfeccionamiento docente para América Latina lanzado por la Unesco, a partir del cual fueron convocados 160 maestros rurales de todas las provincias. Veinte años después, y bajo el manto amenazador del terrorismo de Estado militar, los docentes que participaron de esa experiencia sin precedentes en la educación argentina decidieron volver a reunirse en la ciudad de Córdoba. Desde ese verano y hasta hoy, todos los meses de enero repiten en diversos rincones de la Argentina estos encuentros.
“Buscamos revalorizar la escuela rural y el trabajo silencioso que hacemos los educadores todos los días, un trabajo que nunca se ve porque estamos en medio del campo”, cuenta Araceli Sívori, educadora rural de Brandsen y delegada de AMRA provincia de Buenos Aires, seccional que hoy encabeza la organización del próximo encuentro en Tandil, en el que los maestros (como cada año) deben costearse todos los gastos con dinero de su propio bolsillo.
“Queremos que el hombre de campo se supere y pueda elegir su futuro. Si quiere ser tambero, está bien, pero que sea por su propia decisión y no por una obligación”, complementa Sívori sobre el espíritu de esta iniciativa a la que asisten escuelas de los niveles inicial, básico y polimodal.
Maestros del Impenetrable o las yungas se ven las caras con compañeros del sur patagónico, la montaña andina y la pampa bonaerense, generando una interminable gama de matices y experiencias verdaderamente enriquecedoras.
Por las noches se suelen hacer fogones u otras actividades recreativas y, como todos los veranos, cada provincia tendrá un lugar para exponer fotos, proyectos, trabajos de los alumnos, artesanías, productos regionales y todo lo que defina a la identidad cultural de la comunidad rural.

Fuente: diarioHoy.net
La Plata, lunes 31 de diciembre de 2007

Comentarios

Sabina D. Sagrera ha dicho que…
Queridos colegas: Como tandilense estoy orgullosa que hayan decidido que Tandil sea la Sede de este Encuentro número 29. Las puertas de nuestra casa están abiertas para todos ustedes. Para los que se están acercando a la Villa Don Bosco y para los que no pudieron porque las circunstancias de la vida asi lo disponen no dejen de visitar nuestra ciudad.
Con todo mi cariño como maestra rural y como tandilense se que este encuentro será provechoso para todos. Los que viajan de muchos kilómetros y que han hecho un sacrificio supremo seguramente cuando lleguen aqui se disipará y solo será disfrute cognitivo y de amistad.
Sabina Sagrera